
Abordan la digitalización de la comunicación
Habitualmente, el tema de la digitalización de la comunicación se ha querido analizar solo desde el punto de vista técnico, como si fuera un debate al que solo pudieran asistir ingenieros. La digitalización de la comunicación es un tema profundamente político, que demanda la implementación de políticas públicas, para regular este tema. Estas fueron las afirmaciones con las que Andrea Cristancho, directora de la Maestría en Comunicaciones de la UCA, abrió el panel de discusión organizado por esta Universidad, el periódico digital Voces y la Fundación Comunicándonos.
¿Cómo va a afectar la digitalización a la concentración de medios de comunicación?, ¿Cómo va a afectar los criterios para acceder a los canales de televisión que van a ser ofrecidos en el contexto de esta transición digital?, ¿Que actores van a ser incluidos durante ese proceso?, fueron las preguntas que dejó planteadas Cristancho, para que fueran contestadas por los panelistas.
Sobre la concentración de medios de comunicación, Sebastián Fournier, representante de la Redmica, expuso las condiciones de algunos países con democracias más desarrolladas como Australia, donde, por ejemplo, las regulaciones estatales impiden que una sola persona pueda tener control de licencias de TV que cubran más del 75% de la población. O donde no se puede dirigir o influenciar varias empresas de medios a la vez. Y tampoco se puede ser dueño de un periódico y otros medios al mismo tiempo.
En contraste, Costa Rica, permite la concentración de medios en pocas manos, exponiendo que tan solo 5 empresas son las concesionarias del 59% de la televisión nacional. Un caso representativo, es el del empresario mexicano Ángel González, que en Costa Rica maneja 10 canales de televisión y 11 emisoras de radio. El caso no es aislado, pues González, maneja 26 canales de TV y 82 de radio, en el resto de América latina.
La digitalización de la televisión va a permitir la concesión de nuevos canales de TV. La pregunta es: ¿A quién se le van a dar estos nuevos canales?, ¿A los mismos concesionarios actuales, quienes podrían multiplicar su concesión por 6 veces?, o ¿Se le asignaran a nuevos actores?, cuestionó Fournier.
La Unesco y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA coinciden en que se debe reconocer, para el desarrollo democrático de los países, una diversidad y pluralidad de medios, en la que existen tres tipos de medios de comunicación, con fines diferentes: los medios públicos, los medios comerciales y los medios comunitarios, señaló José Luis Benítez, director del departamento de Comunicaciones y Cultura de la UCA.
En Centroamérica no tenemos una experiencia de medios públicos, lo cual no es lo mismo que medios gubernamentales, aclaró. Señalando, que en la región, también tenemos una deficiencia de medios comunitarios.
Benítez explicó que, en cuanto a la digitalización, los países de Centroamérica ya decidieron cual es el estándar de televisión digital que van a adoptar. Guatemala, Nicaragua y Costa Rica van a adoptar el modelo brasileño-japonés. Panamá va a adoptar el modelo de televisión europea. Honduras, el modelo de la TV estadounidense. El Salvador, es el único país que aún no ha decidido.
Necesitamos reivindicar el derecho a la comunicación, y para ello, se debe contar con una buena regulación del espectro electromagnético, que es donde funciona la radio y la televisión, señaló Oscar Pérez, representante de la Fundación Comunicándonos.
Nos han hecho creer que la comunicación es una mercancía, negándola como un derecho humano fundamental. La libertad de expresión, que está reconocido en la Constitución, es negado por las leyes secundarias. La administración y la regulación libre del espectro radioeléctrico de la ley de telecomunicaciones de la SIGET, tienen un fuerte contenido económico, complementó Pérez.
En Centroamérica, no existen políticas públicas que establezcan como se va a realizar el proceso de digitalización. Este proceso debe potenciar los canales de participación y promover el derecho a la comunicación. Cualquier política pública no consensuada, y que no garantice el equilibrio de los sectores público, comercial y comunitario, ciertamente, va a afectar la democracia en nuestros países. El proceso de digitalización de las comunicaciones tiene que ver con la salud de nuestra democracia, reafirmó Oscar Pérez.
Un estado democrático, requiere que se combata el monopolio de los medios de comunicación, y que se establezcan criterios de interés social, y no solo económicos, para otorgar concesiones en la utilización del espectro radioeléctrico. Entre más amplia y plural sea la información que reciba la ciudadanía, habrán mayores condiciones para inducirle a participar proactivamente en la solución de los problemas que deben resolverse para transformar estructuralmente la sociedad, enfatizó en su exposición, Ricardo Iglesias, abogado defensor de Derechos Humanos.
Las conclusiones principales del panel, quizá fueron resumidas mejor por Oscar Pérez, quien remarcó que el proceso de la digitalización de la comunicación, o convergencia tecnológica, es sobre todo, un asunto político más que técnico. Y es un tema de derechos humanos más que de negocios o de mercado. Las alternativas son: permitir una mayor concentración de la propiedad de los medios a favor de los oligopolios mediático comerciales, o iniciar un proceso de democratización de las comunicaciones.
Necesitamos de políticas públicas nacionales, consensuadas, que definan el rumbo de lo que queremos como país, en materia de comunicación. Se deben modificar los actuales marcos jurídicos contenidos en la actual Ley de Telecomunicaciones, la cual no tiene una sola letra sobre digitalización de las comunicaciones, indicó Pérez.
Igualmente, reafirmó que debe ser reconocida jurídicamente la existencia de los medios de comunicación públicos, comerciales y comunitarios, con sus respectivos derechos.
Finalmente, se necesita una reforma constitucional, donde se establezca que la comunicación es un derecho humano y la no concentración de los medios en manos de los oligopolios mediáticos comerciales, así como la no “eternización” de las concesiones de las frecuencias. Esto, sin duda, fortalecerá la calidad de la democracia salvadoreña, concluyó el panelista.